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Tratamiento de la Depresión

Depresión menor | Depresión mayor | Distimia | Depresión resistente | Depresión bipolar

Tratamiento depresión Madrid

En la actualidad se habla de depresión de una forma coloquial, utilizándolo como sinónimo de tristeza independientemente de la causa que la produzca, que puede ser la propia enfermedad o un problema vital. La depresión es una patología compleja que puede tener distintos orígenes y en el que es básica una completa evaluación antes de decidir un tipo u otro de tratamiento.

Ocasionalmente cualquier persona puede sentirse melancólica o triste, aunque por lo general, son sentimientos pasajeros y desaparecen en unos días. Cuando una persona tiene un trastorno depresivo, este interfiere con la vida diaria y el desempeño normal. La depresión es una enfermedad común pero grave y la mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento para mejorar.

Muchas personas con una enfermedad depresiva nunca buscan tratamiento. Pero la gran mayoría, incluso aquellas con los casos más graves, pueden mejorar con tratamiento. En los últimos años se ha desarrollado mucho la investigación sobre el tratamiento de la depresión y en la actualidad contamos con tratamientos sumamente eficaces y seguros.

En nuestra consulta ofrecemos una aproximación integral al tratamiento de la depresión. Lo más importante es una correcta evaluación de cada caso de cara a poder orientar el tratamiento de forma adecuada. A menudo se considera que diagnosticar una depresión es algo sencillo pero con mucha frecuencia se establecen diagnósticos a la ligera en base a unos sentimientos que pueden incluso no ser patológicos. Un diagnóstico erróneo puede llevar a una orientación errónea del tratamiento lo que conllevaría efectos secundarios de tratamientos que no deberían aplicarse. Igualmente, esta evaluación nos permite diagnosticar el tipo de depresión, pues el abordaje de una depresión reactiva (trastorno adaptativo) será diferente de una depresión endógena. Una vez establecido el diagnóstico orientaremos el tratamiento que puede ser desde un abordaje más psicoterapéutico en las depresiones reactivas o fundamentalmente farmacológico en las depresiones endógenas.

¿Qué es la depresión?

Existe una tendencia a utilizar el término "depresión" como un equivalente a la tristeza, y en concreto a la tristeza normal, a la tristeza como emoción humana que nos acompaña en diferentes momentos de la vida igual que lo hace la alegría. Esta tristeza no forma parte de la depresión. En la depresión el paciente siente una tristeza diferente a la que se experimenta cuando, por ejemplo, se pierde a un ser querido o ante otras situaciones negativas de la vida, es lo que llamamos una tristeza patológica. Otros síntomas son pérdida de ilusión por las cosas que anteriormente le ilusionaban, pérdida de interés por las cosas que anteriormente le interesaban y pérdida de la capacidad para disfrutar con las cosas con las que antes disfrutaba. Además hay otros síntomas como pérdida de energía, dificultad de concentración, apatía, dificultad para dormir y pérdida de apetito.

¿Tipos de depresión?

Debemos distinguir entre una tristeza normal ante una situación negativa vital (proceso de adaptación normal a un conflicto o una pérdida) de una tristeza patológica ya sea reactiva o no. Si la tristeza es considerada patológica y aparece directamente relacionada con algún acontecimiento vital diagnosticaremos un trastorno adaptativo. Esto es lo que antiguamente se conocía como depresión reactiva. En estos tipos de depresión el abordaje psicoterapéutico cognitivo-conductual es la base del tratamiento aunque en ocasiones, cuando la ansiedad es muy elevada o existen riesgos sobreañadidos, la medicación puede ser necesaria y ayuda en el tratamiento psicológico.

Otro tipo es la depresión endógena que se trata de una enfermedad que cursa con intenso sufrimiento por parte del paciente y que se caracteriza fundamentalmente por la incapacidad para experimentar placer incluso en situaciones favorables y con actividades que siempre habían sido agradables para la persona. Este tipo de depresiones son de origen biológico consistente en un problema en la neurotransmisión cerebral aunque en ocasiones puede existir un desencadenante vivencial. El tratamiento de la depresión endógena es fundamentalmente psicofarmacológico y el pronóstico suele ser muy bueno.

Existe otro tipo de depresión de curso característicamente crónico, ligado a factores de personalidad del paciente, que fluctúan "por días" y generalmente condicionado por acontecimientos vitales, es lo que conocemos como distimia y suele requerir tratamiento psicoterapéutico.

Pueden seguirse varios criterios para la clasificación de las depresiones: según la gravedad (mayor, menor), la edad de aparición (adulta, infantojuvenil), la apariencia clínica (típicas, atípicas), la presencia de trastornos psicomotores (agitadas, inhibidas) o de ansiedad (ansiosos, no ansiosos), la ausencia o presencia de episodios de euforia o manía patológicas (unipolares, bipolares), etc. Los tipos más comunes son el trastorno depresivo mayor y el trastorno distímico.

  • El trastorno depresivo mayor, también llamado depresión mayor, se caracteriza por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión mayor incapacita a la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de depresión mayor puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de una persona, pero mayormente, recurre durante toda su vida y constituye lo que denominamos un trastorno depresivo recurrente. Este trastorno depresivo mayor en realidad es como ahora denominamos a la depresión endógena que veíamos previamente.
  • El trastorno distímico, también llamado distimia, se caracteriza por la presencia de síntomas de larga duración (dos años o más), aunque menos graves, pueden no incapacitar a una persona pero sí impedirle desarrollar una vida normal o sentirse bien. Las personas con distimia también pueden padecer uno o más episodios de depresión mayor a lo largo de sus vidas.
Algunas formas de depresión muestran características levemente diferentes a las descritas anteriormente o pueden desarrollarse bajo circunstancias únicas. Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo en cómo caracterizar y definir estas formas de depresión. Estas incluyen:
  • Depresión psicótica, que ocurre cuando una depresión endógena o mayor está acompañada por alguna forma de psicosis, es decir con una ruptura con la realidad, generalmente en forma de delirios.
  • Depresión posparto, la cual se diagnostica si una mujer que ha dado a luz recientemente sufre un episodio de depresión mayor dentro del primer mes después del parto. Se calcula que más del 50% de las mujeres presentan una serie de síntomas depresivos transitorios después del parto y que hasta un 10% pueden llegar a desarrollar la enfermedad.
  • El trastorno afectivo estacional, se caracteriza por la aparición de una depresión durante los meses del invierno, cuando disminuyen las horas de luz solar. La depresión generalmente desaparece durante la primavera y el verano. El trastorno afectivo estacional puede tratarse eficazmente con terapia de luz, pero aproximadamente el 50% de las personas con trastorno afectivo estacional no responden solamente a la terapia de luz. Los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia pueden reducir los síntomas del trastorno afectivo estacional, ya sea de forma independiente o combinados con la terapia de luz. En España, por las características climatológicas que tenemos no se suele usar la terapia de luz pero sí que recomendamos a los pacientes con este tipo de depresión que se expongan lo más posible a la luz en los meses de otoño e invierno.
  • El trastorno bipolar, antiguamente llamada psicosis maniaco-depresiva, no es tan común como la depresión mayor o la distimia. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo que van desde estados de ánimo muy elevado (fase de manía) a estados de ánimo muy bajo (fase de depresión).

¿Qué causa la depresión?

En la depresión endógena o depresión mayor, el factor más importante es el factor genético, es como la mayor parte de los trastornos mentales, una enfermedad hereditaria. Además influyen otros factores como son aspectos hormonales. Como consecuencia de estos factores se produce un desequilibrio químico en los espacios que existen entre las neuronas que es lo que en último término provocan los síntomas de la enfermedad.

En la depresión reactiva o trastorno adaptativo la causa es más de tipo ambiental y psicológica. En estos casos se produce un desequilibrio entre la capacidad de adaptación personal que cada uno tiene ante la adversidad y el estímulo negativo al que uno se enfrenta. Dicho de otra forma, dependiendo de la intensidad del desencadenante existirá mayor o menor riesgo de desarrollarse la depresión dependiendo de cuanta capacidad tenga la persona para afrontarlo.

Investigaciones indican que la depresión es un trastorno del cerebro. Las tecnologías para obtener imágenes del cerebro, como las imágenes por resonancia magnética, han demostrado que el cerebro de las personas con depresión se muestra diferente del de quienes no la padecen. Las áreas del cerebro responsables de la regulación del ánimo, pensamiento, apetito, y comportamiento parecen no funcionar con normalidad. Además, hay importantes neurotransmisores, sustancias químicas que las células del cerebro utilizan para comunicarse, que parecen no estar en equilibrio. Pero estas imágenes no revelan las causas de la enfermedad.

¿Cómo se detecta la depresión?

Para el diagnóstico es fundamental la entrevista con el paciente y sus familiares. Hay que preguntar por los diferentes síntomas de la depresión para poder llegar al diagnóstico. También nos ayuda mucho la expresión de la cara y la forma de comunicarse.

¿A quién le puede afectar la depresión?

La depresión endógena puede afectar a todo el mundo, nadie está libre del riesgo de padecer esta enfermedad. Sin embargo, las personas con antecedentes en su familia son las que tienen un riesgo mayor.

Por el contrario, existen determinadas personas que, por su forma de ser, tienden a afrontar peor determinados acontecimientos adversos de la vida. Estas personas son más vulnerables a presentar una depresión reactiva. En cualquier caso, todos tenemos un límite, de forma que ante estímulos negativos muy intensos o sobre todo, muy persistentes, cualquier persona podría llegar a presentar una depresión reactiva.

¿Cuáles son los factores que contribuyen a la depresión?

Como ya hemos dicho, el factor genético, es el más importante. En ocasiones encontramos lo que llamamos desencadenantes que se trata de factores vitales que pueden poner en marcha el proceso biológico que provoca la depresión, sin embargo, aunque finalice dicho desencadenante, el cuadro depresivo continua invariable a menos que reciba tratamiento. Estos desencadenantes los llamamos gatillos y a menudo son factores traumáticos sino eventos vitales relativamente poco estresantes, como mudanzas, reformas, intervenciones quirúrgicas menores, etc… Hay otros factores, como aspectos hormonales que pueden favorecer determinados tipos de depresión. O la intensidad y cantidad de luz que también se relaciona con otro tipo de depresión denominada trastorno afectivo estacional.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión?

Los síntomas principales son una tristeza diferente a la que experimentamos al perder un ser querido, pérdida de ilusión por las cosas que anteriormente le ilusionaban, pérdida de interés por las cosas que anteriormente le interesaban y pérdida de la capacidad para disfrutar con las cosas con las que antes disfrutaba. Además hay otros síntomas como pérdida de energía, dificultad de concentración, apatía, dificultad para dormir y pérdida de apetito.

No todas las personas con depresión padecen los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia, y duración de los síntomas pueden variar según la persona y su enfermedad en particular. Otros síntomas que pueden aparecer en la depresión son los siguientes:

  • Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío
  • Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo
  • Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia
  • Irritabilidad, inquietud
  • Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales
  • Fatiga y falta de energía
  • Dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones
  • Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado
  • Comer excesivamente o perder el apetito
  • Pensamientos suicidas o intentos de suicidio
  • Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento

¿Qué tratamientos hay para combatir la depresión?

La depresión, aun en los casos más graves, es un trastorno altamente tratable. Al igual que con muchas enfermedades, cuanto más pronto pueda comenzar el tratamiento, más efectivo es y las probabilidades de prevenir una repetición son mayores.

Una vez diagnosticada, una persona con depresión puede ser tratada con varios métodos. Los tratamientos más comunes son la medicación y la psicoterapia.

Tratamiento farmacológico de la depresión?

El tratamiento fundamental de la depresión endógena es el tratamiento farmacológico, como decíamos previamente disponemos de antidepresivos muy eficaces y seguros para tratar la depresión. En este sentido es fundamental utilizar las dosis adecuadas y durante el tiempo adecuado.

Los antidepresivos normalizan las sustancias químicas naturales del cerebro llamadas neurotransmisores, principalmente la serotonina y la noradrenalina. Otros antidepresivos normalizan el neurotransmisor dopamina. Los científicos que estudian la depresión han descubierto que estas sustancias químicas en particular participan en la regulación de los estados de ánimo. Los tipos de medicamentos antidepresivos más nuevos y habituales se llaman inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. No obstante, los medicamentos pueden tener distintos efectos en las personas, no existe una única propuesta cuando se trata de medicamentos. Con cualquier clase de antidepresivo, los pacientes deben tomar dosis regulares durante al algunas semanas antes de poder experimentar un efecto terapéutico completo. Deben continuar con los medicamentos durante el tiempo especificado por su psiquiatra, aun si se siente mejor, para de esta manera evitar una recaída de la depresión. Los medicamentos únicamente deben interrumpirse bajo supervisión médica. En general, a partir de tres episodios depresivos vamos a recomendar tratamiento de mantenimiento a largo plazo. Existen otros tratamientos para depresiones muy graves o resistentes como es la terapia electroconvulsiva con un nivel de eficacia y seguridad muy alto.

Tratamiento con Psicoterapia de la depresión

Varios tipos de psicoterapia o "terapia de diálogo" pueden ayudar a las personas que sufren esta enfermedad. Algunos tratamientos son de corto plazo (10 a 20 semanas) y otros son de largo plazo, según las necesidades del individuo. Existen dos tipos principales de psicoterapia, la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal, las cuáles han probado ser efectivas en el tratamiento de la depresión. Al enseñar nuevas maneras de pensar y de comportarse, la terapia cognitivo-conductual ayuda a las personas a cambiar sus estilos negativos de pensamiento y de comportamiento que pueden contribuir a su patología. La terapia interpersonal ayuda a las personas a entender y resolver relaciones personales problemáticas que pueden causar o empeorar su depresión.

Estudios han indicado que una combinación de medicamentos y psicoterapia pueden ser para los adolescentes la opción más efectiva para tratar la depresión y reducir la probabilidad de una reaparición.

En la depresión endógena, además del tratamiento farmacológico, son muy importantes las medidas de soporte que demos en consulta. En este sentido, dedicamos mucho tiempo a explicar tanto al paciente como a su familia en qué consiste la enfermedad, explicarle por qué se siente así y sobre todo por qué no puede evitar sufrir como está sufriendo a pesar de que intenta no hacerlo. Es vital que la familia entienda en qué consiste la depresión y la mejor forma de ayudar al paciente, si no a curarse, al menos a disminuir su sufrimiento hasta que consigamos que se recupere con el tratamiento.

Por el contrario, en la depresión reactiva, el tratamiento va a ser una combinación de psicoterapia y medicamentos. En esta tipología, la medicación no cura la enfermedad como ocurre en la depresión endógena. El tratamiento farmacológico en estos casos pretende minimizar los síntomas y permitir que el paciente pueda trabajar en la psicoterapia y conseguir finalmente superar el conflicto que ha provocado dicha depresión.

¿Cómo afecta la depresión a los distintos grupos de edades?

La depresión puede afectar a todos los grupos de edad si bien en general el riesgo aumenta con la edad. En el niño es muy rara aunque no lo es la tristeza, un niño puede sentirse triste por muchos motivos y forma parte del desarrollo evolutivo normal, pero si estos sentimiento de tristeza son frecuentes o persistentes deben buscarse causas ambientales que lo puedan estar provocando. En la adolescencia sí que se pueden ver episodios de depresión como aparecen en la edad adulta. En este grupo de edad, la irritabilidad, más que la tristeza, puede ser el síntomas más característico. En el adolescente es un reto diagnóstico y terapéutico, es fundamental el diagnóstico precoz pues estamos en un momento de alto riesgo evolutivo, el paciente puede perder el ritmo de desarrollo y quedarse atrás con el impacto que conlleva en su autoestima. Además, la depresión en la adolescencia no está exenta de riesgos, incluido el riesgo de suicidio.

En el anciano es mucho más frecuente, tanto por factores biológicos como ambientales. En este grupo de edad, los síntomas de la depresión son más limitantes si bien también es más difícil de diferenciar de la situación habitual de la persona. Los antidepresivos son eficaces en estos pacientes si bien los efectos secundarios pueden ser mayores y por tanto debemos extremar las precauciones.

¿Hay estaciones del año que ayudan a que nos deprimamos más?

En invierno, la disminución de horas de luz influye en la neurotransmisión por lo que característicamente vemos más depresiones en esta época del año, son lo que llamamos trastornos afectivos estacionales que suelen cursar con aumento de apetito y aumento de la necesidad de dormir al contrario de lo habitual donde suele haber pérdida de apetito e insomnio.

Información sobre la hierba de San Juan

El extracto de hierba de San Juan (Hypericum perforatum L.) ha sido utilizado durante siglos en muchos remedios caseros y herbales. Actualmente se la utiliza ampliamente en Europa para tratar la depresión leve a moderada. En un importante estudio clínico en los Estados Unidos con 340 pacientes a quienes se les había diagnosticado depresión grave indicó que la hierba de San Juan no tuvo más efecto que el tratamiento con placebo para dichos casos. Otro estudio está actualmente en marcha para investigando la efectividad de la hierba de San Juan en el tratamiento de depresión leve o menor. Otra investigación ha demostrado que la hierba de San Juan puede interferir negativamente con otros medicamentos y reducir drásticamente su efecto. Debido a estas posibles interacciones los pacientes deberían siempre consultar con su médico antes de tomar cualquier suplemento a base de hierbas.