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Tratamiento del Trastorno de Ansiedad

Ansiedad Generalizada | Crisis Angustia | Fobias | Pánico | Estrés Postraumático

Tratamiento ansiedad Madrid

El Trastorno de Ansiedad -o de angustia- es el cuadro más frecuente en psiquiatría y psicología. Generalmente son cuadros leves con escasa interferencia en el funcionamiento habitual del individuo pero que se acompañan de importante malestar.

En función del tipo de ansiedad, de cómo se presente o de las circunstancias que la desencadenen distinguimos distintos tipos de trastornos de ansiedad:

  • Trastorno de ansiedad generalizada
  • Trastorno de pánico con o sin agorafobia. Crisis de Angustia
  • Fobias
  • Trastorno de estrés postraumático

En nuestra consulta ofrecemos tratamiento para los diferentes trastornos de ansiedad. En la mayoría de casos requieren un tratamiento farmacológico y un abordaje psicoterapéutico. El tratamiento farmacológico de los trastornos de ansiedad aparentemente es sencillo y con frecuencia tiende a ser banalizado, considerando que con un ansiolítico es suficiente y seguro. Nada más lejos de la realidad, el tratamiento farmacológico de los trastornos de ansiedad es necesario que sea controlado por un especialista, es importante que sea eficaz para controlar la ansiedad pero lo más importante es que sea seguro. El abordaje psicoterapéutico que ha demostrado mayor eficacia es el cognitivo conductual.

¿Qué es el Trastorno de Ansiedad Generalizada?

El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza fundamentalmente por la existencia de preocupaciones excesivas acerca de circunstancias normales de la vida, incluso cuando hay poca o ninguna razón para preocuparse. Estas preocupaciones las llamamos patológicas y generan importante tensión emocional que finalmente puede manifiestarse por síntomas físicos como sensación de ahogo, palpitaciones, presión en el pecho, desasosiego, dolores de cabeza y cuello, irritabilidad y dificulta para relajarse.

Clásicamente, estos cuadros no han sido diagnosticados por los médicos y se han clasificado como "personas nerviosas" que se preocupan mucho por las cosas y no han recibido tratamiento. Afortunadamente, esta situación ha cambiado y actualmente se diagnostica con facilidad este trastorno y disponemos de tratamientos muy eficaces y seguros para aliviar el sufrimiento y lograr un mayor bienestar para estos pacientes. El trastorno de ansiedad generalizada se desarrolla lentamente, y suele comenzar durante la adolescencia o juventud. Los síntomas pueden mejorar o empeorar en distintos momentos, y con frecuencia empeoran durante momentos de estrés.

Es posible que las personas con el trastorno de ansiedad generalizada consulten con un médico varias veces antes de descubrir que tienen este trastorno. Suelen pedir ayuda a sus médicos para dolores de cabeza o problemas para dormir, señales que acompañan los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada. Sin embargo, no siempre obtienen la ayuda que necesitan de inmediato. Al médico le puede tomar algún tiempo asegurarse de que la persona tenga el trastorno de ansiedad generalizada en lugar de otro problema médico. La terapia cognitivo conductual orientada a identificar pensamientos irracionales y modificar conductas disfuncionantes es eficaz en estos casos aunque generalmente es necesario un tratamiento psicofarmacológico.

¿Cuáles son las causas del Trastorno de Ansiedad Generalizada?

A veces el trastorno de ansiedad generalizada es hereditario, pero nadie sabe con seguridad por qué algunas personas lo tienen y otras no. Los investigadores han descubierto que hay varias partes del cerebro relacionadas con el miedo y la ansiedad. Lo que aparece en todos los casos en los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada es un estilo de pensamiento muy característico con tendencia al control, a darle muchas vueltas a las cosas, a ser perfeccionista, a preocuparse en exceso por pequeños detalles, etc. En general, las personas que padecen de trastorno de ansiedad generalizada les gusta tener las cosas muy controladas, no suelen delegar en los demás por miedo a que no lo hagan lo bien que a ellos les gustaría. Cuando no tienen todo bajo control, cuando perciben que algo puede salir de forma diferente a como ellos han previsto es cuando aparece la ansiedad.

Por otra parte, podemos explicar la ansiedad generalizada por el nivel de activación del cerebro, en concreto de la actividad de la adrenalina. Antiguamente, cuando un hombre de las cavernas salía a cazar tenía un incremento de la adrenalina en su cerebro lo que le aumentaba la tensión muscular incluida la contracción del corazón, la respiración se hacía más rápida, su atención y concentración eran mayores y de esta forma podía bien cazar más eficazmente o bien huir más rápido de un peligro. Actualmente es igual, pero la adrenalina aumenta para la lucha del día a día, esto es bueno y nos ayuda a resolver los problemas eficazmente. Sin embargo, en las personas que tienen trastorno de ansiedad generalizada, viven constantemente con un nivel de adrenalina mayor del deseable, están en constante tensión, digamos que su tendencia a preocuparse, incluso cuando no tienen problemas importantes les hace estar en constante activación, también cuando es momento de estar relajados. Este inadecuada activación adrenérgica se traduce en los síntomas físicos del trastorno de ansiedad generalizada, como las palpitaciones, la sensación de falta de aire, las molestias digestivas o los dolores musculares. En los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada estos síntomas físicos son debidos al incremento inadecuado de la activación adrenérgica, es como si siempre estuvieran persiguiendo o huyendo de un león.

¿Cuáles son los síntomas del Trastorno de Ansiedad Generalizada?

Las personas con el trastorno de ansiedad generalizada pueden:

  • Preocuparse demasiado por las actividades diarias
  • Tener problemas para controlar sus preocupaciones constantes
  • Ser conscientes de que se preocupan mucho más de lo que deberían
  • Tener dificultad para relajarse
  • Tener problemas para concentrarse
  • Ser fácilmente sorprendidas
  • Tener problemas para dormir o permanecer dormidos
  • Sentirse cansados todo el tiempo
  • Tener dolores de cabeza, de los músculos, del estómago o dolores inexplicables
  • Tener dificultad para tragar
  • Tener temblores o tics (movimientos nerviosos)
  • Sentirse irritables, sudar mucho, y marearse o sentir que les falta el aire
  • Necesitar ir al baño seguido

En general, en el trastorno de ansiedad generalizada podemos distinguir entre dos tipos de síntomas, los de ansiedad cognitiva (la tendencia a las preocupaciones) y la ansiedad somática (los síntomas físicos secundarios al incremento de actividad de la adrenalina).

¿Cuál es el tratamiento del Trastorno de Ansiedad Generalizada?

Por lo general, el trastorno de ansiedad generalizada se trata combinando la psicoterapia y los medicamentos.

Psicoterapia. Un tipo de psicoterapia llamada terapia cognitiva-conductual es especialmente útil para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada. Enseña a la persona diferentes formas de pensar, de comportarse y cómo reaccionar ante distintas situaciones para ayudarle a sentir menos ansiedad o preocupación. En la psicoterapia se identifican pensamientos irracionales, se aprende a distinguir la ansiedad normal, que nos ayuda a resolver los problemas del día a día, de la ansiedad patológica que nos bloquea y no nos permite actuar. La psicoterapia también nos ayuda a distinguir cuales son preocupaciones racionales y proporcionadas de las excesivas o irracionales.

Medicamentos. En el trastorno de ansiedad generalizada empleamos diferentes tipos de fármacos pero son dos los grupos principales:

  • Las benzodiacepinas: Son los denominados ansiolíticos. Son fármacos muy utilizados en el trastorno de ansiedad generalizada, probablemente en exceso y con frecuencia sin el control que deberían. Aparentemente son medicamentos fáciles de usar y se recetan por diferentes especialistas restándole trascendencia. Sin embargo, a nuestro juicio son tratamientos que deben ser supervisados siempre por un especialista en psiquiatría. Su uso en el trastorno de ansiedad generalizada debe ir siempre asociado a un antidepresivo, de lo contrario el riesgo adictivo es mucho más elevado. Son rápidos, provocan un alivio muy importante en un breve espacio de tiempo pero no son eficaces en la ansiedad cognitiva propia del trastorno de ansiedad generalizada. Por tanto, lo que conseguimos con las benzodiacepinas es un tratamiento sintomático rápido pero transitorio. No deben ser empleados más de 2-4 semanas salvo indicación expresa del psiquiatra y deben ser retirados siempre una vez que se hayan controlado los síntomas. Como ejemplo de benzodiacepinas tenemos el bromacepam (lexatin), el diacepam (Valium), el cloracepato (tranxilium) o el alprazolam (trankimazin). Este último es extremadamente potente y altamente adictivo.
  • Los antidepresivos: En realidad mal llamados antidepresivos pues aunque la depresión fue el primer uso que se les dio la realidad es que actualmente son empleados con más frecuencia en el trastorno de ansiedad generalizada que en la depresión. Estos antidepresivos sueles ser del grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Son fármacos muy seguros y eficaces, su potencial adictivo es nulo, su seguridad en el tratamiento a largo plazo es total y sus efectos secundarios son bajos. Son muy eficaces en el control de la ansiedad cognitiva propia del trastorno de ansiedad generalizada y por tanto secundariamente en los síntomas físicos. Tardan entre 3 y 4 semanas en hacer efecto y por tanto durante esas semanas siempre utilizaremos un ansiolítico (benzodiacepina).

El psiquiatra es la persona que mejor puede recomendarle el tratamiento más adecuado para usted. En general, lo más eficaz y seguro en el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada es la combinación de terapia cognitivo conductual y un tratamiento farmacológico adecuadamente indicado y supervisado por el psiquiatra.

Ansiedad: Trastorno de pánico & Crisis de Angustia

El trastorno de pánico es otro trastorno de ansiedad que consiste en la aparición de súbitas crisis de angustia, que se caracterizan por intenso malestar, con sensación de ahogo, presión en el pecho, sensación de muerte inminente, nerviosismo, tensión, irritabilidad, inquietud y agobio, preocupación, insomnio de conciliación, pesadillas, llanto por impotencia (que tranquiliza), sensación de amenaza en relación con miedo a padecer una enfermedad somática grave (desintegración física) o enfermedad mental irreversible (desintegración psíquica) son algunos de los síntomas psíquicos que suelen motivar visitas a Urgencias por sospecha de infarto. Una vez iniciado el cuadro, estas crisis suelen repetirse con frecuencia e intensidad variable. En principio son cuadros leves, nunca peligrosos, pero que se acompañan de intenso malestar. El riesgo es que el paciente empiece a modificar su vida por miedo a que le repita la crisis, limitando su exposición a situaciones que él considera de riesgo o en las cuales cree que va a tener difícil poder escapar o recibir ayuda, estaría desarrollando lo que llamamos una agorafobia.

El tratamiento de la crisis de angustia es eficaz y seguro aunque es imprescindible establecerlo lo antes posible para evitar la progresión hacia una agorafobia. Normalmente, recomendamos un tratamiento farmacológico y psicoterapéutico.

Dentro del tratamiento farmacológico utilizaremos antidepresivos ISRS que tienen como objetivo prevenir que aparezcan las crisis de ansiedad. Hasta que conseguimos que el antidepresivo haga que no aparezcan las crisis utilizaremos un ansiolítico tanto de forma mantenida como a demanda en caso de crisis. Es muy importante que en unas semanas consigamos eliminar las crisis pues de lo contrario la tendencia a la cronicidad es alta y aumenta el riesgo de desarrollar una dependencia de ansiolíticos

Ansiedad: Fobias

Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad. Son temores irracionales, excesivos y fuera del control voluntario de algo que representa poco o ningún peligro real, que llevan a la evitación de la situación o del objeto temido.

Nuestra vida diaria puede estar limitada a través de múltiples fobias como la agorafobia (miedo a los espacios abiertos, aglomeraciones), la claustrofobia (miedo a estar encerrado), la fobia social (miedo a determinadas situaciones de exposición social), la acrofobia (miedo a las alturas) u otras fobias simples (miedo a las aves, los perros, a volar, a la sangre...).

Las cuatro características fundamentales de las fobias, que las diferencian de los simples temores, son las siguientes:

  • Son desproporcionadas a la situación que las crea.
  • No pueden ser explicadas o razonadas.
  • Se encuentran fuera del control voluntario.
  • Conducen a la evitación de la situación u objeto temidos.

La fobia social consiste en la aparición de una ansiedad excesiva y patológica en diferentes situaciones de exposición de tipo social, por ejemplo, hablar en público, conocer gente nueva, comer en público, etc. Sería como una timidez excesiva y patológica que condiciona de forma importante la vida de la persona. En la fobia social, el sujeto experimenta todo tipo de síntomas de ansiedad en los momentos de exposición, como temblor, sudoración, ahogo, enrojecimiento facial, malestar abdominal, etc. La experimentación de estos síntomas provoca mayor nerviosismo y miedo a que se le note, se bloquee y pierda el control de la situación. Debido a esto, el paciente tiende a evitar cualquier situación que pueda resultar comprometida condicionando su vida a estos temores. El tratamiento correcto sería un tratamiento farmacológico, bien pautado o bien puntual en situaciones concretas, acompañado de una terapia cognitivo-conductual.

Ansiedad: Trastorno de Estrés Postraumático

El Trastorno de Estrés Postraumático es un tipo de ansiedad que aparece en respuesta a una situación traumática lo suficientemente intensa como para poder poner en riesgo la vida del paciente o la de otros. Como consecuencia de ello se ponen en marcha una serie de mecanismos psicológicos que condicionan la vida del paciente donde predomina la angustia y las conductas de evitación secundarias. El tratamiento suele ser farmacológico y siempre psicoterapéutico que permita la normalización de la vida del paciente en todos los aspectos.