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En el Trastorno Bipolar se alternan episodios de disminución del estado de ánimo (depresión bipolar) con episodios de exaltación del estado de ánimo (manía). El trastorno bipolar afecta a un 2% de la población por lo que es una enfermedad muy frecuente. Clásicamente se denominaba psicosis maniaco-depresiva. En psiquiatría, manía significa exaltación del estado de ánimo y por tanto no tiene nada que ver con lo que significa en el lenguaje general.
Con frecuencia acuden a consulta pacientes que creen padecer un trastorno bipolar porque tienen "frecuentes cambios de humor", sin embargo, para ser considerados como tales los episodios depresivos deben tener una duración de al menos dos semanas y una semana los maniacos. Además, el episodio maniaco no es tan solo una elevación del estado de ánimo sino que, debido a las graves alteraciones de conducta que presenta, genera una disfunción importante en el día a día de la persona.
En nuestra consulta ofrecemos una aproximación integral al tratamiento del trastorno bipolar. El trastorno bipolar es una enfermedad que en principio tiene un buen pronóstico sin embargo, es vital el diagnostico correcto y el tratamiento adecuado en cada momento. Se requiere mucha experiencia para el manejo correcto del tratamiento en el trastorno bipolar, ya que lo que es bueno para la depresión puede ser malo para la manía y viceversa por lo que el ajuste tiene que ser muy fino. Además es muy importante establecer una relación de confianza y que el paciente y la familia tengan como referencia al psiquiatra que les puede orientar y resolver cualquier incidencia relacionada con la enfermedad. El seguimiento debe ser estrecho y muy personalizado.
El trastorno bipolar es una enfermedad mental que cursa con episodios de tristeza patológica (depresión) y episodios de euforia patológica (mania). Antiguamente se llamaba psicosis maníaco-depresiva. Los que sufren el trastorno bipolar experimentan cambios de ánimo inusuales. A veces se sienten muy felices y "animados" y mucho más activos que de costumbre. A esta fase se la llama "manía". Otras veces, por contra, las personas que sufren trastorno bipolar se sienten muy tristes y "deprimidas" y son mucho menos activas. A esta fase se la llama "depresión". El trastorno bipolar también puede provocar cambios en la energía y el comportamiento.
El trastorno bipolar no es lo mismo que los altibajos que experimentan todas las personas. Los síntomas bipolares son más potentes. Pueden dañar las relaciones entre personas y hacer que sea más difícil ir a la escuela o conservar un empleo. Algunas personas que sufren del trastorno bipolar intentan hacerse daño o suicidarse.
Cualquier persona puede desarrollar el trastorno bipolar. A menudo comienza en las últimas etapas de la adolescencia o al principio de la adultez. Pero también niños y adultos pueden sufrir del trastorno bipolar. Generalmente la enfermedad dura toda la vida.
Lo primero que tenemos que decir para explicar los síntomas del trastorno bipolar es contar lo qué no es un trastorno bipolar. A diferencia de lo que la gente cree, una persona con trastorno bipolar pasa la mayor parte de su vida asintomática. Es decir que su estado de ánimo es normal. Los cambios del estado de ánimo suelen alternar con periodos de tiempo, en ocasiones muy prolongados de estabilidad. Las personas con trastorno bipolar no son cambiantes, ni inestables, ni volubles, ni tienen frecuentes cambios de humor, ni pueden pasar de estar muy contentas a estar muy tristes en poco tiempo. La personalidad del paciente con trastorno bipolar suele ser normal. Las personas que tienen estos cambios de humor tan frecuentes, suelen ser precisamente personas con rasgos de personalidad de tipo inestable y eso es completamente diferente al trastorno bipolar.
En el trastorno bipolar aparecen alternativamente episodios depresivos prácticamente indistinguibles de los que aparecen en el trastorno depresivo recurrente y episodios de exaltación del estado de ánimo que son los que denominamos manía.
En la manía, el paciente presenta una exaltación del estado de ánimo, que puede traducirse en una euforia desbordante o una irritabilidad extrema que es lo que llamamos disforia. Este estado debe durar al menos una semana para poder establecer el diagnostico de manía. Durante un episodio, los síntomas son persistentes y están presentes durante todo el día. Además los pacientes con un episodio de manía presentan característicamente un incremento de la energía, una actividad continua, disminución del cansancio y sobre todo disminución de la necesidad de sueño.
Los síntomas del episodio de manía:
Con mucha frecuencia, en el episodio de manía el paciente no se siente enfermo, y por el contrario se siente exultante, feliz, capaz de todo, con una energía desbordante, etc. y por tanto es difícil que sigan el tratamiento y la gravedad de las conductas puede llevar a la necesidad de un ingreso.
Por el contrario, durante la depresión el paciente presenta los síntomas contrarios, y que son los mismos que describimos en el apartado de la depresión endógena o trastorno depresivo mayor:
El trastorno bipolar es una enfermedad del cerebro y de causa genética. Suelen existir antecedentes familiares aunque se pueden ver casos esporádicos. Es decir, que en los casos en los que no se encuentran antecedentes familiares no quiere decir que el origen no sea genético. Estas alteraciones en los genes se van a traducir en una alteración en la neurotransmisión de las neuronas. En las fase depresivas aparece una disminución de determinados neurotransmisores (serotonina, noradrenalina y dopamina) y en las fases maniacas aparece un incremento de la actividad de los mismos, sobre todo dopamina.
En la actualidad disponemos de diferentes tratamientos muy eficaces para el control de los síntomas del trastorno bipolar, sin embargo, el litio sigue siendo el más eficaz en la mayoría de los casos. El trastorno bipolar debe ser diagnosticado por un psiquiatra quien debe planificar el tratamiento. Cada persona responde a los medicamentos de distinta manera, de forma que el tipo de medicamento seleccionado y la dosis es siempre personalizada a criterio del psiquiatra.
El litio es un elemento natural que casualmente se encontró que estabilizaba a los pacientes que tenían una psicosis maniacodepresiva. A diferencia de lo que mucha gente cree el trastorno bipolar no es debido a una falta de litio en la sangre, de hecho, con frecuencia vienen pacientes a nuestras consultas aportando una analítica de litio que se han hecho y obviamente les ha dado 0,0. Esto es completamente normal, nadie tiene litio en la sangre en una cantidad detectable salvo aquellos que estén en tratamiento con pastillas de sales de litio.
Otra creencia errónea es pensar que el litio, dado su origen natural, es "bueno para los nervios" y numerosos preparados homeopáticos y de medicina natural contienen litio entre sus "ingredientes". Pues bien, hay que decir que el litio es un producto natural extraordinariamente tóxico para el organismo, es tóxico para el riñón, para el tiroides y para el cerebro y nadie debería tomar litio salvo que padezca un trastorno bipolar y no le quede más remedio. El tratamiento con litio es seguro y eficaz siempre que este supervisado y controlado estrechamente por un psiquiatra. Es prácticamente el único fármaco que obliga a realizar con frecuencia niveles en sangre para vigilar que no superemos el umbral tóxico. También realizamos analíticas periódicas para supervisar el funcionamiento del tiroides y del riñón. A largo plazo, la mayor parte de los pacientes van a requerir suplementos de hormonas tiroideas pero la mayoría no van a tener ningún problema renal.
Además del litio disponemos de otros estabilizadores del estado de ánimo pero ninguno ha superado en eficacia al litio y además tampoco están exentos de efectos secundarios. En las fases de manía podemos recurrir también al uso de antipsicóticos pero debemos usarlos con precaución para no inducir un episodio depresivo. Igualmente, ocurre en los episodios depresivos donde los antidepresivos deben ser evitados o usados con mucha precaución por el riesgo de generar un episodio maniaco.
En el tratamiento trastorno bipolar la psicoterapia cognitivo-conductual puede ser eficaz como complemento a la medicación, pero lo que es más importante es el seguimiento estrecho y personalizado por parte de su psiquiatra. La clave es establecer una relación de confianza con su psiquiatra que le pueda ir explicando las diferentes fases de su enfermedad, que forme a la familia en cómo actuar en cada momento o que sirve de referencia cuando tengamos alguna duda acerca de si puede existir una descompensación.